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GOETHE
En el transcurso de un viaje por los Llanos Orientales que no tenía un rumbo definido, nos encontramos en Maní, municipio del departamento del Casanare, en el marco del Festival de la Bandola Casanareña, con Carlos César “Cachi” Ortegón, un poeta llanero que nos relató la importancia de la oscuridad para su cultura. Afirmó que la llegada de la luz eléctrica la había debilitado; el enigma que propone la noche es el sustento creativo de gran parte de la fantasía, la mitología, la poesía y la música que conforman el folclor llanero. Con la luz eléctrica, todo lo imaginado desaparece. La luz se hace antagónica a la tradición porque ciega la interpretación y el conocimiento del que ve, del que crea y transmite en la oscuridad, del que vive el espacio abierto, de las personas que construyen su mundo porque entienden que cada individuo es su propio universo.
El exceso de luz, en el caso de algunos lugares del Llano colombiano, vino de la mano de su industrialización, produjo un sinnúmero de rupturas. La más significativa fue una ruptura espacial: las cercas. Se pasó de transitar libremente a la dificultad de atravesar el territorio. La desconfianza entre vecinos se materializa al delimitar físicamente el espacio, al cercarlo. Este fenómeno es consecuencia, en parte, de los forasteros que llegaron para solventar las necesidades impuestas por las nuevas actividades económicas, al concebir el espacio de una manera distinta. Nuestra mirada es nuestra percepción; por esto, las imposiciones sobre el paisaje son transformaciones sociales que afectan primordialmente el modo como queremos ver, entender y recorrer el mundo. A toda transformación física la precede la transformación de la mirada.
Por más que el trayecto nómada siga pistas o caminos habituales, su función no es la del camino sedentario, que consiste en distribuir a los hombres en un espacio cerrado, asignando a cada uno su parte y regulando la comunicación entre las partes. El trayecto nómada hace lo contrario, distribuye a los hombres (o los animales) en un espacio abierto, indefinido, no comunicante.
GILLES DELEUZE & FELIX GUATTARI
Esta transformación de los espacios afectó los recorridos entre viajeros y perjudicó las dinámicas sociales del viaje, que, cimentadas en la hospitalidad del llanero, servían de testigo con frecuencia de intercambios culturales y creativos. En esta medida, la llanera es una cultura que oscila entre lo nómada y lo sedentario, donde la delimitación, intervención o imposición sobre el paisaje llanero constituye una modificación en la mirada y tiene como trasfondo la modificación de varias de sus dinámicas socioculturales. La industria empezó a incentivar la formación técnica y científica en los jóvenes, lo que generó la monopolización de la subsistencia, el control mayoritario de la estabilidad y el conocimiento. Conocí el caso de una joven que, pese a que tenía una gran vocación por la música y su cultura, se vio forzada a estudiar ingeniería industrial porque una empresa de la zona ofreció pagarle sus estudios con base en sus calificaciones escolares. Lo adecuado sería que los jóvenes pudieran escoger la mejor opción educativa considerando sus gustos, capacidades y contexto sociocultural.
Este tipo de rupturas, que hoy en día se producen en diversos lugares del mundo, traen consigo afectaciones en las dinámicas sociales, y limitan nuestra independencia cultural, intelectual y creativa. La oscuridad antes que el Estado, la industria, la academia, y lo que se denomina progreso, ha albergado manifestaciones culturales y conocimientos que, de no estar en su sombra, habrían desaparecido.
La oscuridad como posibilidad múltiple e independiente de conocimiento ha sido nuestro punto de partida. Es el lugar en el cual queremos ubicarnos. Es la oportunidad de que distintas miradas coexistan. La oscuridad no se le opone a la luz, la contiene. Esta contención se nos presenta hoy como una oportunidad para replantear nuestra mirada. No se trata de ocultarse sino de ser un marco de referencia para visibilizar ideas de distintos talantes, contrarrestando los discursos de odio actuales, que van de la mano de visiones de unidad, igualdad, nacionalismo y xenofobia, donde solo hay una mirada, un camino y, por consiguiente, una sola manera de habitar el mundo. Replantear el conocimiento y transformarlo, pasar de la exclusividad a la inclusión, constituye hacer frente al antiintelectualismo actual, el aislamiento académico y la intolerancia ideológica. Es fortalecer la autodeterminación, es aceptar la idea de oscuridad dentro de cualquier forma de conocimiento.
En el planteamiento de esta revista la oscuridad no se convierte en el tema de una edición, sino en un mapa abierto de pensamiento que la determinará desde ahora, sin limitar su rumbo, sin limitar su incertidumbre, estableciendo desde el hacer que ninguna forma de creación debe partir de la conveniencia ni de la desesperación. Al responsabilizarnos por nuestras maneras de crear, pensar y vivir, podremos retomar las riendas de nuestros procesos creativos paralizados por el exceso de luz; es permitirnos abandonar la súplica, la dependencia y la estigmatización.
En un aspecto más técnico, esta edición se construyó a través de hilar varios viajes y entender sus raíces etimológicas, sus implicaciones espaciales, hasta llegar a sus connotaciones más espirituales. La construcción estructural requirió un análisis detallado de la situación actual del arte en Colombia y el reconocimiento de similitudes con los problemas sociales globales, para estructurar una plataforma que pudiera contrarrestarlos. Este intento por reconciliar distintas miradas dentro de un mismo espacio resultó en comprender que no se trataba de delimitar un espacio y llenarlo, sino de tener la posibilidad de transitar por distintos territorios simultánea e infinitamente.
Sin necesariamente haber tenido éxito en todos los casos, las discusiones con varios autores y modos de investigación alimentaron una manera muy especial de esta edición, de la cual formaron parte. La construcción física y de diseño de la revista se propuso como un viaje múltiple que buscaba escalar nuestra visión como equipo editorial. Para llegar a una idea del diseño y montaje de la revista convinimos en que viajaríamos al azar, en auto, por los Balcanes. Determinamos como punto de encuentro Belgrado, en Serbia, y como punto de cierre Sofía, en Bulgaria. No tener un objetivo nos permitió hacer un recorrido físico y mental en forma fluida.
Bennu se vinculó a Osiris como un símbolo de renacimiento anticipado en el Inframundo.
RODRIGO B. SALVADOR
Dos semanas antes de partir, una estufa de gas estalló y las llamas me quemaron gran parte del cuerpo. Este suceso fue determinante en el rumbo que decidimos tomar, al establecer parte de las condiciones del viaje; además de un viaje de investigación y creación, iba a ser un viaje de recuperación física y mental. La idea del fuego, que estuvo presente en muchas de nuestras conversaciones previas, tomó aún más fuerza. El lomo de esta revista está hecho de papel abrasivo, que permite encender cualquier cerillo fácilmente. El fuego como mecanismo para destruir y reconstruir la memoria, para morir y renacer. En la mitología egipcia, la figura de Bennu, un ave presente en forma protagónica en los mitos solares, surgía de la adoración al Sol.
Dentro de esta adoración nos acogía también ka, el espíritu del eterno errar, cuyo jeroglífico es representado por unos brazos levantados para adorar al Sol. Esto nos permitía deambular. Dejamos de ir solo hacia fuera y comenzamos a habitar el adentro, un espacio que hasta hoy habíamos estado evadiendo.
Mi casa se estaba quemando y solo podía salvar una cosa. Decidí salvar al fuego. No tengo dónde vivir pero el fuego vive en mí. Y me defiende discretamente de todo lo impuro. Mi futuro ya no es importante. Solo cuenta la intensidad del instante.
JEAN COCTEAU
Dos semanas después, nos reunimos en Serbia; allí, luego de varios días, nos encontramos con la tradición Vlach. Varios artículos académicos de investigadores en esta región apuntan a entender por qué se ha mantenido la magia Vlach en estos territorios, como una respuesta a condiciones sociales precarias y desigualdad de género. Afirman que la función de la magia es proporcionar soluciones a las necesidades básicas inexistentes de salud, educación, trabajo y estabilidad[2].
Sin embargo, a pesar del valor de estas investigaciones y sus datos, nuestra visión desde lo que experimentamos diverge en parte porque, pese a las condiciones anunciadas, la mayoría de los análisis victimizan a esta comunidad, desvirtuando su valor cultural. Se nos presentaron formas de resistencia legítimas y mecanismos funcionales que permiten la conservación de conocimientos a través de la tradición oral, al igual que, en términos espaciales, un entendimiento profundo del paisaje. Una de las funciones de la magia era ser una herramienta de comunicación valiosa y necesaria en una sociedad que se fragmentó después de la desintegración de Yugoslavia, tras la muerte de Tito y las posteriores guerras yugoslavas. Se convirtió, además, en una manera de sanación de los impactos psicológicos de la guerra. Con lo anterior se encontraron coincidencias con el conflicto colombiano, así como relaciones con las condiciones precarias que se derivan de la guerra, donde los conocimientos ancestrales y esotéricos desempeñan un rol en el desempeño militar, y aunque son recurrentes en gran parte de los conflictos armados, no se pueden entender en su totalidad. El problema de las investigaciones al respecto es que solo pueden dar cuenta de lo que pueden observar los investigadores o de lo que les es revelado; proteger el conocimiento ancestral constituye ocultarlo, y solo exponerlo en momentos determinados y a personas determinadas. Con todo, el valor derivado de reivindicar la autodeterminación del individuo vulnerado no se ha considerado. En esta dirección, los mecanismos de la magia pueden estar relacionados con las maneras del arte o son los mismas. Esta relación se puede hacer más evidente dentro del siguiente esquema, en el que se toman como principio las bases estructurales del viaje.
El carácter iniciático y ritual de este viaje, los peligros recurrentes y el caos que constituye el interior del grupo, pusieron a prueba su naturaleza. Durante los 22 días del viaje se hacía evidente cómo se fortalecían las capacidades para mediar con las características físicas y psicológicas de cada contexto y sus formas de manifestarse. La independencia no se transformó en individualidad sino en lo contrario, en modos de agruparnos y cuidarnos. La risa y el humor fueron las maneras más poderosas de mediación y resistencia con las que contábamos, fue de lo que nos aferramos instintivamente, la capacidad de proyectar sobre nosotros mismos nuevas narrativas; esto nos permitió dilucidar que tanto en visiones de oscuridad o luz, cuando son llevadas al extremo, su única función es ocultar el conocimiento (la variación de grises que conectan a un lado con el otro).
Habría sido mejor para el mundo si Rafael nos hubiera mostrado al menos una imagen de un leproso, de quienes había una multitud en las calles y caminos de Italia. Toda la suciedad, toda la miseria del periodo está sin registrar, y tenemos vírgenes repetidas a perpetuidad para la glorificación de los ricos y la clase privilegiada y ociosa.
ALGERNON SIDNEY CRAPSEY
La oscuridad, lo oculto, se nos presenta desde dos maneras antagónicas de ver el mundo. La primera es una manera compuesta por la protección y la colaboración, en la que los conocimientos se ocultan para evitar desaparecer, pero se comparten. La segunda, en oposición a esta perspectiva, son los conocimientos que se ocultan por envidia o por codicia (la idea de patente, la idea de exclusividad) cuando la retribución precede el hacer o el pensar. La primera categoría, al formar parte de una visión holística del mundo, es totalmente colaborativa y funciona únicamente a través de la empatía. Esta manera de proceder se expone en los momentos en que lo considera adecuado, asume las consecuencias de exponerse y desarrolla con el tiempo una experticia a la hora de traer a la luz, de compartir los conocimientos.
THEO: ¿Qué?
KARAMAKATE: No eres más que un virakocha.
THEO (molesto): Su sistema de orientación se basa en los vientos y las estrellas. Si aprenden a usar la brújula, ese conocimiento se perderá.
Esos argumentos no convencen a Karamakate, que, de mal humor, le da la espalda a Theo y empieza a remar río arriba.
KARAMAKATE: No puedes impedir que aprendan. El conocimiento es de todos. Pero tú no lo puedes entender porque no eres más que un virakocha.
Theo, contrariado, se queda pensativo. Le da un golpe al borde del bote.
EL ABRAZO DE LA SERPIENTE
La cita anterior ilustra parcialmente la segunda categoría, que además se rige en forma estructural por la necesidad de subsistencia, la inseguridad y la dependencia. Estas dos maneras, aunque antagónicas, se yuxtaponen todo el tiempo en la actualidad. Tal hibridación es resultado del colonialismo de Occidente con el resto del mundo. Vale la pena hacer una diferenciación entre el arte y los conocimientos de los territorios colonizados (los nuestros) y el europeo, antes del modernismo, para poner sobre la mesa la bipolaridad que nos rige. En Europa, el artista está supeditado al dinero y a la Iglesia (el encargo), y aunque tiene capacidad subversiva, se rige estructuralmente por estas dos cadenas. En América y África está el chamán, quien tiene una función ritual, social y creativa, donde las implicaciones de lo que crea, de los rituales de los que forma parte, están conectados con el cosmosΔ.
Solo en ocasiones muy especiales surgen individuos que, a pesar de esta paradoja, las razones por las que desarrollan sus conocimientos y creaciones son más fuertes que el miedo a la muerte, o a no ser reconocidos. En el caso del arte, son artistas que pueden proporcionar visiones del mundo que los atraviesan y sobre las cuales no pueden ceder.
El artista que crea lo que no me avergüenzo de llamar arte, es un chamán urbano que habla por los presos, por los ex convictos y habitantes de calle, por los drogadictos y las prostitutas, por los niños en escuelas podridas, por los desempleados, incluso por los enfermos y los cansados y los aburridos. Sin mencionar a los intelectuales que aún pueden tocar fondo. El artista chamán habla por los magníficos humanos animales que ven y escuchan y sienten y bailan y cogen magníficamente, pero que no tienen un lugar en un sistema sin salida… Pero a pesar de las inmensas apuestas en este mundo del arte contemporáneo, hay artistas que no lo quieren limpiar, que hacen arte no para ganar grandes cantidades de dinero para los imbéciles, pero para cambiar el mundo o salvar sus vidas o por razones oscuras propias. Artista salvaje. De pronto el mundo del arte se ha convertido en un gran juego de póker, pero algunos artistas aún corren libres y hacen sus propias reglas. El juego que ellos juegan es su propia invención.
GLENN O’BRIEN
Los artistas que ayudaron a construir esta segunda edición de la revista lo son desde sus formas de hacer, crear e incendiar el mundo. Proporcionaron un nuevo panorama —en la agricultura, al iniciar un nuevo cultivo, se incendia el terreno para volver la tierra fértilΔ—. Sobre ellos se cimientan esta revista y las posibilidades venideras. Este viaje se constituyó como un comienzo infinito; la única certeza es que existen todas las posibilidades, los miedos son las únicas restricciones. Algo que nos atraía y era entrópico, era todo el universo y la posibilidad de transitar varios de sus mundos. Era el sonido del cosmos. Nuestra animalidad transitando sobre todo el territorio. Nuestros miedos sobre lo inabarcable. Era la seducción dominando nuestra agresividad.
Una necesidad de colectividad surge para la canalización energética y su potencialización. Aquí la empatía y el grupo se vuelven claves, ya que son la única manera de escapar a las restricciones impuestas. Para el ser humano, el peor castigo siempre será el aislamiento. Desprendidos de cualquier necesidad, nos embarcamos en este viaje sin prohibiciones, sin límites, sin miedos. Sorteando luz y oscuridad, como quien se equilibra al caminar por la cuerda floja. Caer es permitirle a la inteligencia tocar la tierra, ser humana. Descender es la única posibilidad en este planeta.
Dodecaedro – El universo.
Para subsistir en medio de lo más extremo y tenebroso de la realidad, las obras de arte que no quieran venderse como consuelo tienen que igualarse a esa realidad. Arte radical significa hoy tanto como arte tenebroso, arte cuyo color fundamental es el negro.
THEODOR ADORNO
Bibliografía
1. Bennet, B. (1993). Beyond Theory: Eighteenth-Century German Literature and the Poetics of Irony. Chapter 1: The New Holy Scripture of Humanity (p. 55). Ithaca: Cornell University Press.
2. Deleuze, G. & Guattari, F. (2002). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-Textos.
3. Salvador, R. B. Egyptian mythology in the Shin Megami Tensei: Persona games. Journal of Greek Studies.
4. Košić, K. & Blešić, I. The Mystery of Vlach Magic in the Rural Areas of 21st Century Serbia. EEC, 18’ 2012, 61-83.
5. Crapsey, A. S. (1921). The Way of the Gods.
6. El abrazo de la serpiente (2015). Ciro Guerra (dir.). Colombia.
7. O’Brien, G. (2013). Just Because is Written Down Doesn’t Mean is True. Dash Snow: I Love You Stupid. Edit. DAP, pp. 12-28.
8. Adorno, T. (2004). El ideal de lo negro. Teoría estética, p. 80. Madrid: Ediciones Akal.
Buitre cuidando la entrada del comercio de animales salvajes.
Calle Al-Mashatel, Norte de Baghdad’s Distrito Adhamiyah
1 “Geselle dich zur kleintein Schar” (Join yourself to the smallest company). Perhaps the “kleinste Schar,” the smallest group, is just the individual alone; perhaps the combination of this idea with that of the social (“Geselle dich”) suggest the idea of asserting individuality as a social act, as an act (apparently “my” act) on behalf of the community, which, however, by being carried out, is revealed as the community’s act trough the individual, indeed as the very genesis of individuality, as a gestural enactment of the origin of an individuality that is in turn itself nothing but the community’s own self-developing gesture. “Geselle dich zur Kleinten Schar.” This is perhaps not only the scientific categorical imperative, but also a basic religious tenet, meaning, join the virtually universal human community by associating yourself voluntarily with its smallest, but still fundamentally communal, unit, which you might otherwise have experienced as your “own” individual being.
2 Un referente riguroso de estas aproximaciones académicas es The Mystery of Vlach Magic in the Rural Areas of 21st Century Serbia.
Δ Esto se hace evidente en algunos de los instrumentos musicales de percusión utilizados por los chamanes de las tribus del Sur y del Norte de América.
Δ Bennu y, por extensión, el Fénix.